Soñar es hermoso, no importa si se trata de tener casa propia, de desarrollar un proyecto personal o viajar por el mundo... solo es necesario cerrar los ojos y desear profundamente que ese sueño se haga realidad.
En mi caso, he soñado con conocer el mundo y en la marcha he aprendido mucho, desde la planificación del viaje hasta qué hacer en el destino.
Justamente hoy, cuando ingresé a Internet y comencé a soñar con los ojos abiertos, me encontré este articulo super interesante, sobre las bellezas naturales de Francia, ya que al momento de pensar en lugares de Viejo Continente, se nos viene a la mente elementos culturales, históricos y arquitectónicos, pero dejamos de lado los elementos naturales y justamente hoy quiero compartirles un articulo que hace referencia a los actractivos naturales que podemos disfrutar en Francia.
Los campos de lavanda y los lagos color turquesa de la Provenza, los escarpados acantilados cubiertos de musgo y las gargantas llenas de mariposas de la zona de Pyrénées son solo el principio. La belleza natural de Francia es infinita, según las opiniones de viajeros de todo el mundo y que utilizaron la plataforma web de BOOKING.COM.
Tour-de-Faure:
En pleno Parque Natural Regional de Causses du Quercy, es la puerta de entrada a un paraíso natural lleno de bosques de robles, cañones, acantilados y una trama de bonitas y encantadoras cuevas. Pero, sin duda, lo más sorprendente es Gouffre de Padirac, una rara y antigua maravilla natural que se formó cuando un considerable fragmento de terreno calizo se hundió y creó un abismo de 103 metros de profundidad en la tierra. Se puede acceder gracias a una escalera en la pared que lleva a los visitantes hasta un bote que navega a lo largo de un río subterráneo y pasa junto a formaciones rocosas iluminadas por focos naranjas y verdes. Pura fantasía. Alójate en el Auberge des Versanes y disfruta de un desayuno que incluye productos de la huerta del establecimiento.
Córcega, Zonza:
Una belleza natural desenfrenada y un fascinante paisaje montañoso, eso es lo que encontrarás en el pueblo de Zonza. Está situado entre olivos y castaños, y tiene como telón de fondo las Aiguilles de Bavella, una formación de picos de granito serrados y rojizos en la región montañosa de la Alta Rocca. Déjate llevar por tu espíritu aventurero y visita Col de Bavella, una zona conocida por sus ríos, bonitas cascadas, piscinas de roca y bosques habitados por jabalíes. Tienes que ver sí o sí el Trou de la Bombe, un agujero de ocho metros en medio de la montaña. Eso sí: prepárate, porque el camino para llegar tiene tela. Disfruta de vistas a la montaña desde la bañera en el Hotel Le Tourisme, que ocupa una antigua posada en la zona de Alta Rocca.
Amélie-les-Bains-Palalda:
En la frontera entre Francia y España, rodeada por los preciosos paisajes naturales que dibujan los Pirineos, se encuentra la pequeña ciudad de Amélie-les-Bains-Palalda. Muchos van para disfrutar de las aguas termales y para hacer excursiones por el Parque Natural Regional de los Pirineos Catalanes, una maravilla de 138.000 hectáreas de paisajes salvajes y vírgenes. Enamórate de sus vastas llanuras y sus picos nevados, descubre plantas y animalillos de lo más extraño y atrévete con infinidad de actividades de aventura: barranquismo en el valle del Tech, senderismo por los escarpados y musgosos acantilados de las Gargantas de la Fou (¡hay cientos de mariposas!), escalada en la montaña sagrada del Canigó, etc. Alójate junto al río que fluye por el valle del Tech en el Appart'Hotel Castel Emeraude, muy reconocible por sus torres y su fachada de color amarillo claro.
Sus campos de lavanda, sus lagos glaciales color turquesa y la Riviera bañada por el sol convierten la región de Provenza-Alpes-Costa Azul en la más atractiva de Francia. Para ver algunas de sus joyas, ve a Roussillon, una ciudad dentro del Parque Regional Natural del Luberon (de 77.000 hectáreas). Esta ciudad de color melocotón, construida sobre una cresta gigante de roca roja, es bonita hasta decir basta. Si te adentras en la reserva, descubrirás paisajes naturales preciosos, con montañas de piedra caliza, cipreses de color verde oscuro, vegas provenzales y colinas salpicadas de aldeas. Descansa en el Hotel Le Clos de la Glycine, un alojamiento boutique a solo unos cientos de metros de Le Sentier des Ocres, un sendero sinuoso que discurre a través de las antiguas canteras a cielo abierto de ocre de la región.
Orbey, Alsacia:
Al sur de Estrasburgo, en Alsacia, se encuentra la ciudad de Orbey, una región de lo más bucólica llena de casas adornadas con flores y con detalles de madera en las fachadas. Destacan también sus valles, sus viñedos y las características montañas bajas de los Vosgos. A diferencia de los Alpes y los Pirineos, los Vosgos están relativamente al margen del turismo masivo, pero su belleza natural es increíble (cascadas altísimas, lagos, bosques espesos con senderos…). Orbey se encuentra dentro del Parque Natural Regional de los Balones de los Vosgos, donde un bosque de coníferas cubre la mayor parte del paisaje y las suaves y redondeadas cumbres de los picos dan un toque muy especial (de ahí lo de “balones”). Puedes recorrer los senderos a pie
o en bicicleta. Y si buscas algo más de emoción, puedes lanzarte a hacer parapente, barranquismo y equitación. Disfruta de las vistas al valle desde el jardín junto a la montaña del Hôtel Restaurant Domaine De Basil.
VIAJAR ES VIVIR!!!!
«No vaciles nunca en irte lejos, más allá de todos los mares, de todas las fronteras, de todos los países, de todas las creencias». Amin Maalouf
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